Que las manos se queden dormidas es algo sumamente frecuente y la mayoría de las veces se debe a una mala postura. Al adoptarla, se comprimen ciertas áreas y la sangre no fluye adecuadamente por ellas, dando lugar a ese síntoma.
En ocasiones se debe a la posición que adoptamos al dormir. Las posturas que con más frecuencia pueden ocasionar que se duerman las manos son descansar sobre el brazo o sobre la mano, o mantenerla entre las piernas.
Durante el día, las malas posturas o estar mal sentado o con las manos mal apoyadas o levantadas durante un tiempo largo (al sostener un libro, el teléfono móvil o la tableta, por ejemplo) son las situaciones más habituales que provocan el adormecimiento de las manos.
Pero igualmente ocurre por una postura inadecuada del cuello: esa posición forzada provocará espasmos y contracturas musculares en la zona cervical que, finalmente, “adormecerán” las manos.
¿Que es lo que sucede? El cuerpo nos está avisando de que un nervio ha quedado comprimido con una leve sensación de hormigueo. Es lo que los médicos llamamos parestesias, que también pueden ir acompañadas de pinchazos y dolor.
CÓMO ACTUAR ANTE EL HORMIGUEO DE MANOS
Es importante reaccionar ante los primeros signos. En cuanto notemos el comienzo de ese hormigueo, esas parestesias, lo más importante es cambiar de postura y realizar movimientos de descompresión como mover el cuello, hacer rotaciones suaves con las muñecas y los hombros, o abrir y cerrar las manos estirando bien todos los dedos.
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