El excedente de piel en el rostro, el abdomen o los brazos puede resultar muy incómodo, en especial para quienes lucharon para perder peso y ahora notan que queda un largo camino para obtener un cuerpo firme.
La flacidez surge cuando la piel pierde tonicidad: con los años, disminuye de manera natural la cantidad de fibras de colágeno y elastina responsables del soporte del tejido, lo que provoca que la piel se arrugue y tenga un aspecto suelto. Esto puede suceder en personas de cualquier peso corporal.
Las proteínas nutren y dan firmeza a la piel y a la musculatura. Si no consumimos las suficientes, el músculo se transformará en grasa con mucha facilidad.
A partir de cierta edad, sobre todo en las mujeres, la flacidez de los brazos se vuelve aparente. Esto es debido a que se desprende la piel del músculo por la falta de colágeno y ejercicio.
Si decidimos combatir este problema de manera natural, no solo estaremos mejorando el aspecto de nuestros brazos, sino que también ayudaremos a prevenir la flacidez en general.
Además de la edad, otros factores que pueden contribuir a que la piel se torne flácida son la genética, la exposición al sol y los malos hábitos, como el sedentarismo y una alimentación desequilibrada.
Antes de buscar el tratamiento adecuado para ti, es recomendable que conozcas los diferentes tipos de flacidez.
Uno de ellos es la flacidez muscular, que ocurre cuando las fibras del músculo se estiran por la falta de tonicidad. Aparece sobre todo en personas sedentarias con hábitos alimenticios poco saludables, explica Renata de Ávila, dermatóloga brasileña.
La flacidez de la piel, en cambio, se debe a la pérdida de nutrientes que ocurre con la edad, además de la pérdida de mucho peso (alrededor de 40 kg o más) o la gestación.
Si ya conoces tu tipo de flacidez y no deseas enfrentar el bisturí, existen tratamientos efectivos, además de pequeños cambios de actitud en la rutina diaria, que pueden ayudar con el problema. Aprende a reafirmar tu piel sin necesidad de cirugías:
Vitamina C. El cuerpo necesita vitamina C para la síntesis del colágeno. También protege a la piel del daño solar, otro causante de la flacidez en la piel. Algunas personas prefieren usar suplementos de esta vitamina, mientras que otras la obtienen de la dieta, aumentando el consumo de frutas y verduras: brócoli, morrón, espinaca, boniato, tomate, calabaza, melón, cítricos, mango, papaya, ananá y fresas son algunos de los vegetales con una concentración mayor de esta vitamina.
Proteína. Tener niveles adecuados de proteína es vital para lucir una piel saludable; los aminoácidos lisina y prolina tienen un papel protagónico en la producción de colágeno y elastina, según Healthline. El dermatólogo brasileño Cristiano Tárzia Kakihara recomienda consumir una cantidad diaria de por lo menos 0,8 g de proteína por kilo de comida consumido. Los alimentos de origen animal, como las carnes y los huevos, son recomendados para una piel sana.
Ácidos grasos omega 3. Los ácidos grasos omega 3 presentes en el pescado graso pueden ayudar a mejorar la elasticidad de la piel, según un estudio pequeño.
Toma un suplemento de colágeno. El colágeno hidrolizado es similar a la gelatina: es una forma procesada del colágeno que se encuentra en el tejido conjuntivo de los animales. Aunque no se ha probado para la piel suelta debida a una pérdida de peso, hay estudios que sugieren que el colágeno hidrolizado puede tener un efecto protector para el colágeno de la piel, según Healthline.
El colágeno hidrolizado viene en forma de polvo y puede obtenerse en tiendas de tratamientos naturales. Otra fuente de colágeno, más popular, es el caldo de huesos, que tiene algunos otros beneficios para la salud.